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El paisaje perdido

 

Fotografía: Zulema Arias

Tomás Virgen Contreras, es maestro mezcalero del sur de Jalisco. Su padre Lorenzo y su familia persiste en la producción de mezcal criollo (en esta región mezcal es sinónimo de maguey) como si fuera un último bastión de un asedio prolongado de parte de cultivos del agave azul utilizado por la industria del tequila. Tomás nos relata que hace décadas era común andar hacia Colima hasta que una carretera los conectó con mayor velocidad a Ciudad Guzmán en Jalisco. En aquel momento entró el “progreso” —como nos cuenta Tomás— para cambiar muchas cosas, entre ellas el paisaje.

—¿Cómo ha cambiado el paisaje en los últimos 20 años?

Hay mucho que platicar sobre el paisaje en mi región. Ahora, pues yo siento mucha tristeza al ver cómo ha cambiado todo. A menudo me preguntan cómo veo lo que sucedía hace 25 años. Yo les digo que no se vayan tan lejos en el tiempo. Yo les digo 10 años. En 10 años ha dado una vuelta muy notoria la región donde vivo. En verdad, ha cambiado todo. En vez de árboles vemos agave azul. Es un claro ejemplo del cambio. Ir a Ciudad Guzmán (la ciudad más cercana en automóvil) es totalmente otra experiencia, otra imagen a comparación de hace 10 años.

 

Fotografía: Christian Arias

Hace 10 años había más árboles, se veían muchos pinos ahí en la carretera que va a Ciudad Guzmán. Mucho árbol que hacía fresco el camino. Olía a pino. El monte se veía grueso de hierba. Había mucho pasto debajo de los árboles. Había ocote chiquito creciendo entre los grandes. Se olía ese olor a ocote. Ahorita, pues no. Ha cambiado mucho. Volteas a ver y miras ollas donde se está deteniendo el agua. Cambió mucho pues, es muy notorio.

¿Y hoy que hay? Mucho aguacate. De Ciudad Guzmán hacia mi casa.  En cuanto empiezas a bajar la parte que se llama Florifundio, de allí para allá, comienzas a ver los invernaderos, los aguacates. Es un cambio de suelo muy distinto. Se ve vida pero no vida que estaba acostumbrado a ver, por ejemplo, ganado, los potreros llenos de ganado. Ahora nada de eso.

—¿Por qué crees que cambio el uso de suelo?

El aguacate, el agave azul es dinero. Y yo imaginó que será parte del progreso. No sé. Pero lo cierto es que nos cambió todo el paisaje. Yo pienso que el dinero, el tener más, fue la razón. No veo otra posibilidad. Porque reforestar con estas plantas pues nada que ver. Por ese lado no fue. Yo creo que fue la ambición. Yo conozco a dueños de tierra donde ahora hay maguey tequilana que rentaron sus tierras. Creo que por no querer trabajarlas o por la necesidad del dinero y como llegaron a ofrecerles una buena renta en su momento. Y pues uno no está acostumbrado a ver el dinero así que te deslumbra.

—Mientras ustedes…

Somos un puntito en medio de unas parcelas llenas de tequilana alrededor. Nosotros tratamos de hacer las cosas diferente. O sea, nosotros plantamos el agave criollo con el que trabajamos pero también queremos tener árboles, tener variedad de árboles. Y bueno, somos pocos los que hacemos esto. Entre esos pocos están los Partida, don Chayo, Santos Juárez, son los que más ubico y que estamos en esa línea de ser la diferencia. Queremos hacer las cosas no “bien” pero si nuestro estilo que intenta hacerlo bien.

Fotografía: Christian Arias

 

 

—¿Qué te gustaría que le pasará al paisaje?

Me gustaría que volviera a ser como cuando tenía 20 años.  Pero va ser muy difícil. Ya que en ese entonces había un río que se llamaba Alsiseca que me gustaría tuviera agua. ¡Uy, eso sí me encantaría! Era un río que se desprende de un ojo de agua del Nevado de Colima, cerca de Zapotitlán. Salía al río Colima. Y pues, había muchisísima vida en el Alsiseca. Pero por desgracia el agua se entubó, se subió a las lomas. Y aunque sigue habiendo ojos de agua, el río se secó y la vida se acabó. De eso hace unos 15 años que había vida allí. Es muy triste porque sin agua se fue la vida.

 

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