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Consumar es llevar a cabo totalmente algo

 

  1. Unos invierten su dinero, otros trabajan la tierra, unos más llenan las botellas, por último unos labios beben el mezcal. Esta presuposición hace del consumo el eslabón menos cuestionado. Sin embargo, no existen propiamente procesos diferenciados: el consumo determina el modo de producción, la distribución es ya el consumo de la producción y la producción es consumo de tierra fértil, agua y sol. La supuesta imagen de una división de labores es sustituida por la figura de una descomunal lombriz que defeca con la boca o se alimenta del ano.
  2. ¿Cuál es el límite del consumo? ¿No es acaso, hasta dónde puede proveer la producción? Por el contrario, el consumo no tiene límites en tanto produce la producción. El consumo no es un límite sino la potencia de lo ilimitado. De un gasto ilimitado. Lo diré de otra manera: no bebemos un recurso limitado hecho mezcal. Esa visión nos hace creer en el aumento de precio pero no tiene idea de qué es el consumo. Consumir mezcal significa beberlo a sabiendas de que ese lícor no volverá. El dinero que pagamos no tiene el poder de equilibrar el gasto del mundo. No quiero decir con ello que no deberíamos hacerlo. Que beber mezcal sea un derroche, un lujo sin comparación es algo que se comprueba con un trago de mezcal de un maestro mezcalero. No hay medio humano que restituya el gasto. El consumo va en un camino sin retorno como los seres y los astros.
  3. ¿Es útil el mezcal? A todas luces los puritanos afirman que no es así. No es necesario para vivir. Pero el borracho sabe que no se trata de necesidad. El mezcal aviva el deseo. O lo retuerce hasta adormilarlo. No se hacen millones de litros de mezcal para aliviar la buena conciencia de organizaciones con fines humanitarios. Se produce mezcal para gastarlo improductivamente. Los pueblos que consumen alcohol desde tiempo inmemorial no sólo obtenían carbohidratos necesarios en su dieta, esencialmente se tomaba licor para acompañar las fiestas, los ritos de pasaje, como el nacimiento, las bodas, la muerte. Alcoholes sencillos pueblan las civilizaciones mientras que los destilados muestran el refinamiento, un verdadero lujo que ciertas culturas podían darse el lujo de gastar.

 

4. Bienaventurados los que beben exhaustos.

  Bienaventurados como el hijo pródigo

  que despilfarro junto a los cerdos

 y entre la mierda que fue tesoro

  recuerda a su Padre.

    La gloria infinita

        del amor inagotable.

5. Mucho trabajo, ya saben, siempre celebran el trabajo, la historia, el legado, esos que hablan con palabras de autoridad, y vienen y se plantan y sin vergüenza hablan por otro. ¿Y todo para qué? Si el valor está en el consumo, lo que ya no está en anaqueles y sellos. En el desbordante placer de las actividades económicamente improductivas.  No hay equilibrio en la producción de mezcal. No hay sostenibilidad, sustentabilidad, pago de deuda. Y no hablo como ecologista. El mezcal es el derroche del consumo. A escala campesina e industrial. Se bebe, se gasta, se pierde. En los pequeños productores el gasto se llama sustento, celebración, comunidad. En tanto que el consumo a escala industrial se lo conoce como paisaje agavero, agroindustria, tecnología de punta, exportación, almacenes, distribución, punto de venta.

6. En ambos casos consumo, consumo productivo, producción de consumo. Pero distingo entre ambos, el consumo generoso y el consumo avaro. El consumo generoso es aquel en que la pérdida es incondicional y se distribuye sin intereses. La vida, la muerte, las celebraciones, los funerales, los monumentos, el lujo entendido como la vivencia de un fin en sí mismo. Sin ganancia, con la imposibilidad de ser medio para otra cosa. El mezcal consume la caída. No hablo del pago que vuelve al sistema y hace mover los engranes económico, sino la certeza de un líquido que no volverá. La entropía es el verdadero lujo.

7.El consumo avaro es parecido a la constipación. Se ha de gastar pero mejor dicho se debe invertir. El consumo es un mal menor. Lo ideal es elevar el beneficio y reducir los costos al máximo. Gastar menos y ganar más es la fórmula de la industria. ¿Enseñan en las facultades de ingeniería sobre el gasto improductivo? Parece ser tema de salvajes y antropólogos. El consumo avaro condiciona el gasto al tratarse de un mundo competitivo con recursos limitados. Es ineludible el gasto y a pesar de ello, hacen del gasto el medio para el crecimiento de la empresa. Significa que la producción y la adquisición de ganancias aumentan y el consumo sea el indicador del éxito que retroalimenta la maquinaria. Paradójicamente parten de un mundo de escasez pero confían en el desarrollo ilimitado. El consumo avaro retiene el gasto improductivo y lo llama ganancia.

8.¿Gana aquel que al último posee todo o aquel que ha consumado su objetivo?

 

¡Salud!

 

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